orarios para: Cochabamba, Bolivia
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PERASHAT BERESHIT
(En el principio)
Libro Bereshit / Génesis (1:1 a 6:8)
Haftarah Ashkenazim: Isaias 42:5 - 43:10
Haftarah Sefardim: Isaias 42:5 - 42:21
PERASHAT BERESHIT, Shabbat Mebarjim
Es muy importante
saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia
esta permitido encenderlas después de la puesta del sol.
La Torá comienza declarando que en
el principio HaShem creó el cielo y la tierra de la nada. Sin embargo, el mundo
era un vació sin forma ni orden. durante los primeros seis días Di-s creó y
ubicó cada cosa en el universo en su posición adecuada de funcionamiento. El
orden de esta tarea divina fue el siguiente:
· Primer día: Creación de la luz y
la oscuridad.
· Segundo día: Arreglo
del rakía (firmamento) para separar las aguas del cielo y de
la tierra.
· Tercer día: Acumulación de
las aguas en un lugar, permitiendo que la tierra fuera visible.
· Cuarto día: Creación y
ubicación del sol y de la luna en el cielo.
· Quinto día: Creación de la
vida en el mar, y de las aves.
· Sexto día: Creación de los
reptiles, demás animales y, finalmente el hombre.
· El Séptimo día de la
Creación: HaShem "descansó" y lo santificó como Shabat.
HaShem decidió que no era bueno que el hombre estuviera solo. Trajo a todos los
animales y aves ante Adam, y éste les dio nombre, pero no pudo encontrar
compañera para é entre ellos. En consecuencia, HaShem sumió a Adam en un
profundo sueño, sacó una de sus costillas y luego cerró la herida con carne.
Dio forma, desarrolló y completó la costilla, haciendo con ella una mujer, a la
cual llevó ante Adam. Luego ubicó a ambos en el Jardín del Eden, donde podrían
comer de todo, excepto del fruto prohibido del árbol del conocimiento. Sin
embargo, Javá se dejó influir por la astuta serpiente (najash), comió
del fruto prohibido y le dio a probar a Adam. como resultado de esta
transgresión recibieron el castigo divino: fueron obligados a abandonar
el Gan Eden y comenzaron su vida humana, tal como la
conocemos, experimentando las dificultades del trabajo para su sustento y el
sufrimiento de la aparición También la serpiente recibió su castigo y a a
partir de entonces se arrastra sobre la tierra y come polvo.
Adam y Javá tuvieron dos hijos: Caín,
que se convirtió en agricultor, y Hevel, que fue un pastor. Ambos llevaron
ofrendas de su producción a HaShem. Hevel era sincero y llevaba lo mejor de su
rebaño. Por otro lado, Cain no lo era y llevaba lo peor de su producción.
HaShem aceptó la ofrenda de Hevel e hizo descender un fuego del cielo, que lo
asó. pero no ocurrió lo mismo con la de Cain, quien se sintió avergonzado y se
encolerizo. Mientras estaban en el campo, Caín mató a Hével.
Cuando HaShem le preguntó donde estaba
su hermano, Cain respondió: "Soy acaso el guardián de mi hermano?".
Di-s lo castigó, entonces, severamente, maldiciéndolo y forzándolo a deambular
continuamente sobre la faz de la Tierra.
Adam y Javá tuvieron un tercer hijo,
Shet, y otros más. Como cada generación se reproducía, a su vez, el número de
seres humanos creció considerablemente.
Hubo diez generaciones desde Adam hasta
Nóaj, incluyendo dostzadikim: Janoj y Metushelaj. Sin embargo, la
mayoría se inclinó hacia el mal y practicó la inmoralidad y la violencia.
HaShem comenzó a reconsiderar Su acto de poblar el mundo con la raza humana.
Noaj, empero, encontró gracia en Sus ojos
Es sabido que el relato de Bereshit
presenta dos crónicas diferentes al respecto de la creación del ser humano. El
primero en el primer capítulo, el segundo en el segundo. Presentan notorias
disparidades, absolutamente evidentes y en modo alguno silenciadas u
oscurecidas. A la vista están. Han sido comentadas y analizadas a lo largo de
las generaciones.
Ahora te presento unas pocas de ellas, no todas ni de modo exhaustivo, solo un puñado, simplemente como aperitivo, como una invitación para despertarte el deseo de conocer y que tomes el sagrado texto y busques tú más. Para eso están nuestros libros, para conocerlos, aventurarse en ellos, interrogarlos, obtener claridad a través de sus mensajes, quedarse con dudas que no encuentran respuesta, seguir estudiando, mantener la llama encendida a través de la conexión, etc.
Ahora te presento unas pocas de ellas, no todas ni de modo exhaustivo, solo un puñado, simplemente como aperitivo, como una invitación para despertarte el deseo de conocer y que tomes el sagrado texto y busques tú más. Para eso están nuestros libros, para conocerlos, aventurarse en ellos, interrogarlos, obtener claridad a través de sus mensajes, quedarse con dudas que no encuentran respuesta, seguir estudiando, mantener la llama encendida a través de la conexión, etc.
Tema
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Capítulo
1
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Capítulo
2
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Origen
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Dios dice y Adam es creado
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Dios hace una figura de arcilla y le
infunde la energía de vida a través sus narices
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Género
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Adam es creado macho y hembra, se los
nombra en plural y singular, pues es como un siamés, una persona que son dos
personas
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Adam es varón
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Relación con Dios
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El Eterno bendice a Adam para que se
multiplique, se reproduzca, colme la tierra y la conquiste
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El Eterno pone al hombre en el huerto
del Edén para que lo trabaje y cuide, le permite alimentarse de todo árbol
que guste, menos del árbol del conocimiento, del bien y del mal
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Ecosistema
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La creación va desarrollándose,
evolucionando, hasta llegar al Hombre
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El hombre es puesto en el huerto del
Edén y luego brotan
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Relación humana
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Varón y mujer son una unidad desde el
comienzo
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El varón está solo y busca compañía
entre los animales sin hallarla, hasta que Dios le presenta a la mujer, con
la cual finalmente se une y empareja
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Nombre de Dios usado
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Elohim
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Hashem Elohim
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Aquellos que no aceptan la autoría
única y divina del texto sagrado reconocen en estas discrepancias una evidencia
de tradiciones provistas por distintas fuentes, que fueron plasmadas con sus
divergencias y contradicciones a la hora de concretar el texto de la Torá.
Entonces hablan acerca de la línea “elohista”, que es diferente a la
“yahvista”; de las variaciones motivadas por la política del momento o las
influencias del folclore dominante en la región, u otros factores. Cosas muy
interesantes, por cierto, pero en nada acordes a la Tradición y el sentido
habitual que se les ha dado durante milenios a los relatos de la Torá.
Para los que no cuentan con herramientas intelectuales apropiadas ni el conocimiento necesario, estas especulaciones sesudas pudieran parecer verdades catastróficas, que borran de un saque la santidad de la Torá. Por ello muchos se embelesan con estas novedades y pierden la ruta trazada por el judaísmo., pero los adherentes a la divinidad de la Torá encuentran que no es necesario elaborar complejas teorías sobre muchos autores y numerosas fuentes para clarificar la doble exposición acerca del origen del Hombre. El judaísmo tiene varias respuestas apropiadas e idóneas, que brindan claridad al texto, y permiten ver que donde otros ven cuentitos mitológicos, realmente se encuentran enseñanzas sumamente profundas e intensas. Instrucciones para la vida cotidiana, para hacernos mejores personas, no meros meros malabarismos académicos de salón.
Para los que no cuentan con herramientas intelectuales apropiadas ni el conocimiento necesario, estas especulaciones sesudas pudieran parecer verdades catastróficas, que borran de un saque la santidad de la Torá. Por ello muchos se embelesan con estas novedades y pierden la ruta trazada por el judaísmo., pero los adherentes a la divinidad de la Torá encuentran que no es necesario elaborar complejas teorías sobre muchos autores y numerosas fuentes para clarificar la doble exposición acerca del origen del Hombre. El judaísmo tiene varias respuestas apropiadas e idóneas, que brindan claridad al texto, y permiten ver que donde otros ven cuentitos mitológicos, realmente se encuentran enseñanzas sumamente profundas e intensas. Instrucciones para la vida cotidiana, para hacernos mejores personas, no meros meros malabarismos académicos de salón.
Te presentaré brevemente ahora dos de
las maneras de comprender el valor e importancia de estos dos relatos, en
apariencia, diferentes del origen del Hombre.
El Rav Josef Soloveitchik ztz”l, en su “La Soledad del Hombre Creyente”, armoniza la narrativa duplicada y divergente equiparándola a la identidad duplicada y divergente del ser humano. Somos al mismos tiempo espirituales y materiales; conectados al infinito, pero restringidos a un determinado espacio y tiempo; capaces de las mayores hazañas y novedades, como también de las ruindades y catástrofes; somos seres creados a imagen y semejanza del Eterno, pero moldeados con barro y perecederos. Sí, somos seres complejos, multidimensionales, uno pero múltiples. Tal como el relato de Bereshit nos representa. En el primer capítulo como obras celestiales, príncipes del Reino; en el segundo como insertos en el mundo, marcados por las vicisitudes de la existencia, por las necesidades.
Otro sabio actual de poderosa impronta, el Rav Mordechai Breuer ztz”l, también nos muestra con múltiple facetas, no meramente sometidos a instintos, o a influjo del entorno, o a lo genético, o a mandatos sociales, o a una ética espiritual innata, sino como una combinación de todos estos factores y muchos más. Somos uno pero muchos, además de diferentes individuos pero siendo partes de una unidad sistémica y metafísica.
En esta complejidad, atribuye la descripción del primer capítulo al nacimiento de la especia humana como tal y no de algún individuo en particular. No era Adam macho y hembra, sino que la especie humana sexuada fue creada. El Eterno no bendice a un hombre para que se reproduzca y conquiste la tierra, sino que brinda ese poder a la especie humana. En tanto que el segundo capítulo aterriza la reseña sobre el hombre en particular, Adam el primero de nuestra especie.
Como notamos, evidentemente hay maneras de explicar satisfactoriamente la aparente dualidad de criterios o de historias narradas en la creación del Hombre.
Proponemos una más. La primera aparición en la Torá es la que toma al hombre de manera natural, por lo que es, tal cual es, en su plenitud. La segunda es la que expresa el esfuerzo por superar sus limitaciones, por aprovechar sus potenciales. En el primer capítulo el hombre ya está completo, es como un ideal en un mundo controlado por la Voluntad de Dios; en tanto que en el segundo tiene que desarrollarse, cambiar, probar, equivocarse, corregirse, asumir compromisos, trabajar para perfeccionar, ser atento con el medio y mejorarlo, dialogar, negociar, fracasar, ser victorioso, en resumen, ser una persona real en un mundo real. No son dos relatos diferentes, son el mismo para un hombre que es complejo.
El Rav Josef Soloveitchik ztz”l, en su “La Soledad del Hombre Creyente”, armoniza la narrativa duplicada y divergente equiparándola a la identidad duplicada y divergente del ser humano. Somos al mismos tiempo espirituales y materiales; conectados al infinito, pero restringidos a un determinado espacio y tiempo; capaces de las mayores hazañas y novedades, como también de las ruindades y catástrofes; somos seres creados a imagen y semejanza del Eterno, pero moldeados con barro y perecederos. Sí, somos seres complejos, multidimensionales, uno pero múltiples. Tal como el relato de Bereshit nos representa. En el primer capítulo como obras celestiales, príncipes del Reino; en el segundo como insertos en el mundo, marcados por las vicisitudes de la existencia, por las necesidades.
Otro sabio actual de poderosa impronta, el Rav Mordechai Breuer ztz”l, también nos muestra con múltiple facetas, no meramente sometidos a instintos, o a influjo del entorno, o a lo genético, o a mandatos sociales, o a una ética espiritual innata, sino como una combinación de todos estos factores y muchos más. Somos uno pero muchos, además de diferentes individuos pero siendo partes de una unidad sistémica y metafísica.
En esta complejidad, atribuye la descripción del primer capítulo al nacimiento de la especia humana como tal y no de algún individuo en particular. No era Adam macho y hembra, sino que la especie humana sexuada fue creada. El Eterno no bendice a un hombre para que se reproduzca y conquiste la tierra, sino que brinda ese poder a la especie humana. En tanto que el segundo capítulo aterriza la reseña sobre el hombre en particular, Adam el primero de nuestra especie.
Como notamos, evidentemente hay maneras de explicar satisfactoriamente la aparente dualidad de criterios o de historias narradas en la creación del Hombre.
Proponemos una más. La primera aparición en la Torá es la que toma al hombre de manera natural, por lo que es, tal cual es, en su plenitud. La segunda es la que expresa el esfuerzo por superar sus limitaciones, por aprovechar sus potenciales. En el primer capítulo el hombre ya está completo, es como un ideal en un mundo controlado por la Voluntad de Dios; en tanto que en el segundo tiene que desarrollarse, cambiar, probar, equivocarse, corregirse, asumir compromisos, trabajar para perfeccionar, ser atento con el medio y mejorarlo, dialogar, negociar, fracasar, ser victorioso, en resumen, ser una persona real en un mundo real. No son dos relatos diferentes, son el mismo para un hombre que es complejo.
Un pequeño y conocido relato para
concluir.
Reflexiones sobre
Bereshit
El Libro de la Vida
Por Rav Mark Angel
Traducción Dra. Myriam Frydman
Traducción Dra. Myriam Frydman
Este es el libro de las generaciones
del hombre. —BERESHIT 5:1
El Sifrá registra en Vayikrá 19:18 un debate
entre Rabí Akiva y Ben Azai. Rabí Akiva afirma que el versículo, "y amarás
a tu prójimo como a ti mismo" es un gran principio de la Torá. El amor,
que está mejor ejemplificado en el amor entre el esposo y la esposa, es la piedra
angular de la felicidad humana. De hecho, las bendiciones del matrimonio se
refieren a la novia y el novio como "reim ahuvím", los amigos amados
por excelencia. Cuando dos personas se aman de verdad, sus vidas se
transforman; ellas llegan a comprender el significado de la vida.
Fortalecidas por su amor, se relacionan
con sus amigos y vecinos con una compasión y una sensibilidad más profundas.
Ben Azai, aunque está de acuerdo con el
punto básico de Rabí Akiva, sugiere que otro versículo contiene un principio de
la Torá aún más grande: Ze sefer toldot adam, ze klal gadol
mizé: “Este es el libro de las generaciones del hombre —este es un principio
aún más grande”. Este versículo, extraído de la Parashá Bereshit, incluye las palabras que expresan que Dios creó a
los seres humanos a imagen Divina. La opinión de Ben Azai ha sido explicada
generalmente refiriéndose a estas últimas palabras del versículo, es decir,
como los humanos somos creados a imagen de Dios, se nos pide que respetemos a
todos los seres humanos —independientemente de sus antecedentes particulares.
Ben Azai, según esta interpretación,
está ofreciendo una visión universal de integración y compromiso con la
humanidad en general, no solo con nuestros propios amigos y vecinos. Este es un
principio aún más grande que amar al prójimo como a uno mismo, en el sentido de
que amplía nuestra perspectiva, y nos ayuda a vernos a nosotros mismos como
parte de la gran familia humana.
Esta interpretación de Ben Azai asume
que él se estaba refiriendo a la última parte del versículo, la cual dice que
los seres humanos fuimos creados a imagen de Dios. Sin embargo, la alusión real
en el Midrash sitúa a Ben Azai citando la primera parte del versículo: Ze sefer toldot Adam, “Este es el libro de las generaciones del
hombre”. Debemos buscar entender el punto de vista de Ben Azai basándonos en
las primeras palabras del versículo.
Ben Azai está diciendo que el principio
más grande de la Torá consiste en darnos cuenta de que nuestra vida es un
libro. Cada uno de nosotros escribe su propio libro—Con todos sus éxitos y
fracasos, con todos sus actos de bondad y todos sus defectos. A los 120 años,
cada uno de nosotros le presenta su libro al Todopoderoso. El libro cuenta lo
que hemos hecho, cuál ha sido la esencia de nuestra vida, cómo y por qué hemos
sido merecedores de los años que el Todopoderoso nos ha concedido. Ben Azai
está enseñando que la vida debe ser vivida con esta perspectiva —que nosotros
somos garantes y responsables ante Dios por el regalo de la vida que Él nos ha
dado.
Cuando la novia y el novio están bajo el palio nupcial, cada uno de ellos lleva consigo los primeros capítulos de sus libros individuales. Ellos llevan sus recuerdos y su sabiduría acumulada; llevan años de estudio y de crecimiento espiritual; llevan sus tradiciones familiares y sus criterios personales. Bajo el palio nupcial, ellos comienzan ahora un nuevo capítulo de su libro de la vida. Los nuevos capítulos serán de autoría compartida.
Cuando la novia y el novio están bajo el palio nupcial, cada uno de ellos lleva consigo los primeros capítulos de sus libros individuales. Ellos llevan sus recuerdos y su sabiduría acumulada; llevan años de estudio y de crecimiento espiritual; llevan sus tradiciones familiares y sus criterios personales. Bajo el palio nupcial, ellos comienzan ahora un nuevo capítulo de su libro de la vida. Los nuevos capítulos serán de autoría compartida.
Cuando somos bendecidos con una novia y
un novio que tienen tanto amor, tanto talento, tantos logros, tan grandes
ideales —podemos estar seguros de que los nuevos capítulos que van a escribir
juntos serán una obra maestra de primer orden. Oramos para que ellos escriban
un libro largo, lleno de muchos capítulos felices y significativos.
UN ENFOQUE DISTINTO Y SIGNIFICATIVO
El primer versículo de Bereshit declara: "en el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Bereshit
1,1); mientras que más adelante leemos: "en el día que
hizo Dios la tierra y los cielos" (Bereshit 2,4).
Si el concepto de primero, según la lógica, es aquello que antecede a
otros en el tiempo, o que ocurrió antes que otros hayan ocurrido, nos
encontramos ante una manifiesta contradicción; pues en el primer versículo se
declara que Dios creó los cielos y la tierra, mencionando primero a los cielos,
de lo cual se colige que fueron creados primero y después la tierra, en cambio
en el segundo versículo presentado se hace mención primero de la tierra y
después del cielo.
Esta contradicción, movió a disputa entre Bet Shamay y Beth Hilel, como
se encuentra en el Talmud y algunos textos del Midrash. Bet Shamay declara que
los cielos fueron creados primero y después la tierra; mientras que Bet Hilel
opina lo contrario, primero la tierra y después los cielos. Cada uno de estos
sabios fundó su opinión en uno de los dos textos de nuestra contradicción,
alegando Bet Shamay a su favor el primero y Bet Hilel el segundo, y por lo
tanto a cada uno de ellos debe explicar el otro versículo, que se opone a su
opinión.
1. Bet Shamay dice que los cielos
fueron creados primero, corroborando su opinión con el primer versículo de
Bereshit, y siendo este el lugar propio de la creación, sostiene que habla la
Torá según el orden del tiempo en que fueron creados. Razón que demuestra
además que en la mayoría de los textos del Tanaj se menciona primero a los
cielos. El hecho que el otro versículo antepone y antecede la tierra al cielo,
se atribuye a otra causa, o que la Torá por esta variedad igualó los cielos y
la tierra y la tierra a los cielos, demostrando que la divinidad de Hashem y su
supervisión asiste también al mundo inferior, o para dar a conocer que el mundo
del cumplimiento de las mitzvot, la tierra, antecede en tiempo al de la
recompensa, el cielo, que se denomina "Olam
Haguemul". Esta fue la opinión de los que respondieron a Alejandro Magno, el cual
(como se trae en la guemará de Tamid, cap. IV) preguntó a los sabios de Israel
qué fue creado primero el cielo o la tierra, y ellos le respondieron que los
cielos.
2. Bet Hilel entienden lo
contrario y sostienen que la tierra fue creada primero, según se colige del
segundo versículo, como también se comprueba del libro de Tehilim: "En un principio, la tierra cimentaste, y obra de tus manos
son los cielos" (202,26). Si en el otro versículo anteceden los cielos es por ser
primeros no en tiempo, sino en dignidad, que es una de las formas que según la
lógica un concepto puede ser primero que otro. Según la filosofía clásica los
cielos están compuestos de una sustancia pura, de una "quinta
esencia", que no sufre los cambios que ocurren en la tierra, parecen tener
mayor importancia.
3. Rabí Yojanán (Bereshit Raba
cap. I) valiéndose de la distinción, en nombre de los sabios, absuelve nuestra
pregunta de diferente modo, dice que en lo referente a la creación, lo cielos
antecedieron, pero en la germinación y perfeccionamiento la tierra antecedió.
Abarbanel explica en sus glosas sobre la Torá que en cuanto a la creación que
ocurrió de la nada, los cielos fueron creados primero en el tiempo, pero en
cuanto al procrear y germinar, la tierra antecedió; y así se comprueba porque
en el tercer día, hizo brotar la tierra sus simientes y reverdeció de
vegetación y sólo en el cuarto comenzaron las luminarias a alumbrar y se llenó
el cielo de estrellas, así, si el cielo llegó a ser primero, se acabó de
perfeccionar al último, después de la tierra. De este modo estableció Rabí
Tanjuma esta opinión con los mismos dos textos de nuestra contradicción
diciendo, que en el primer versículo se dice "bará" (creó) y en
el segundo "asot" (hacer) cuyo
significado, en muchos lugares, indica perfeccionar, como por ejemplo: "el
toro que hizo" (Bereshit 18,8), es decir que preparó. En cuanto a la
creación de la nada, los cielos fueron creados primero en el tiempo, pero con
respecto al perfeccionamiento la tierra fue "hecha"primero.
4. Rabí Eliézer, hijo de Rabí
Shimón, concilió estos versículos de manera diferente, y es que la Torá para
darnos a entender la igualdad del cielo con la tierra nombró en un lugar
primero al cielo y en otro primero a la tierra, este método se comprueba con
algunos ejemplos: Abraham vivió primero que Isaac y Yacov, su hijo y nieto, y
sin embargo vemos que la Torá a veces lo menciona en último lugar, como se declara: "recordaré mi pacto con Yacov, y también mi pacto con Isaac y
con Abraham mi pacto recordaré" (Vaikrá 26,12) esta divergencia de la
cronología sirve para demostrar que fueron todos iguales en santidad, virtud y
excelencia. Otro ejemplo estudiamos del hecho que en el precepto de honrar a
los progenitores, antecede el padre a la madre, mientras que en el temor
antecede la madre al padre, y esto a fin de provocar en el hijo que honre y
tema con la misma igualdad a ambos. Lo mismo se colige, según este sabio, de la
diferencia de versículos con respecto al cielo y la tierra, que frente al
Creador son igualmente estimados.
5. Rabí Shimón Bar Yojay se
sorprendió mucho que dos tan grandes sabios como Shamay e Hilel hayan tenido
una disputa en este tema, ya que el sostiene que los cielos y la tierra fueron
creados juntamente, lo cual corrobora con el texto del profeta que dice: "También mi mano cimentó la tierra, y mi derecha apuñó los cielos,
les he llamado para que se levanten juntos" (Yeshaya
48,13), de lo cual se infiere que tuvieron un principio en conjunto. Esta misma
opinión la encontramos en el Pirké DeRabí Eliézer, donde se relata que estando
Shamay e Hilel discutiendo del tema se apareció la presencia divina para
revelarles que ninguno estaba en lo cierto, por cuanto el cielo y la tierra
fueron en una misma hora y en un mimo punto creados.
Esta opinión fue compartida por muchos de los sabios a través de las
generaciones, como Rambam, Rashí, Even Ezrá, etc. En la Guía (obra de Rambam)
se declara que el mundo es como un individuo, o gran ser viviente como lo
llamaron los filósofos, y que es imposible que existan cielos sin tierra, o
tierra sin cielos, ya que la tierra es el centro de la circunferencia de los
cielos, y lo cielos son la circunferencia y círculo del centro que es la
tierra, siendo forzoso que donde haya uno hay el otro. En la Guía se citan
varios dichos de nuestros antiguos sabios, como lo expresado por Rabí Shimón, o
como la siguiente parábola: una persona siembra semillas de una sola vez, aunque
las va brotando la tierra en diferentes tiempos, dando a entender que el
Creador no es como un agente humano que tiene necesidad para finalizar su obra
del paso del tiempo. Así sería inconveniente decir que el Creador ha creado el
mundo en el transcurso de seis días, sino que se debe entender el sagrado texto
que el cielo y la tierra fueron creados en un instante y luego comenzaron a
actualizarse en seis diferentes grados. Los seis grados son los siguientes: 1-
la luz, 2- la generación de las lluvias, 3- los minerales, 4- las plantas, 5-
los animales y 6-. el hombre; representando de este modo el significado que el
mundo fue creado en seis días.
6. Esta misma opinión es posible
desprenderla del Séfer Habahir (16, 17)
donde encontramos una parábola que explica a los dos versículos desde una
perspectiva alegórica, si decimos que los cielos fueron creados primero esto se
parece a un rey que quiere plantar un árbol en su jardín y primero investiga si
hay allí un manantial de agua que pueda usarse para regarlo, como no encontró
dijo que excaven un pozo del cual se pueda extraer agua y después de excavar el
pozo plantó el árbol que creció y dio frutos. Es decir que primero se creó la
fuente de vida para la tierra, es decir los cielos de cuyas lluvias se mantiene
el mundo material. Si explicamos que la tierra fue creada primero, esto se
parece a un rey que compró un objeto hermoso que no estaba completo y no tenía
nombre, pensó el rey completarlo construyéndole una base y entonces nombrarla,
como se declara: "También mi mano cimentó la
tierra, y mi derecha apuñó los cielos,…" O sea, el Creador hizo la
tierra y después la perfeccionó con los cielos como base y sostén. Ambas
parábolas se refieren a la percepción externa del actuar del rey, aunque en
forma íntima estas entidades fueran creadas al mismo momento, como se
declara: "les he llamado para que se
levanten juntos"
7. También podemos decir, desde un
punto de vista más profundo, que en esto vemos representado que el círculo de
todas las cosas empieza en Dios y acaba en Él: pues siendo el Creador principio
y fin del círculo existencial, su expansión consiste en descender desde lo más
supremo hasta lo más ínfimo, porque de Dios procede la naturaleza de los
ángeles y de esta por niveles se desciende hasta la dimensión astral, desde el
cielo impirio a la luna y de él a nuestra más baja dimensión donde se haya la
materia primera y en esta termina el medio círculo por ser la más remota de la
perfección del Creador; después de esta misma comienza el otro medio círculo subiendo
a los elementos, de estos a los minerales, de estos a las plantas, de estas a
los animales irracionales y de estos al hombre, ascendiendo de un inteligible
menor a uno mayor se detiene el proceso en el acto intelectual del supremo
inteligible divino que es la unidad. Así se despliega el círculo gradual de
todos lo entes, lo cual se declara en la Torá por el hecho de comenzar primero
con los cielos, o criaturas metafísicas, de mayor a menor (Bereshit 1,1),
mientras que en otro lugar se expresa el otro medio círculo que asciende de
menor a mayor (Bereshit 2,4) a partir de la tierra o materia prima. Entre los
dos versículos se perfecciona el círculo de la existencia que comienza en el
Creador y termina en Él.
PERASHAT BERESHIT
Tomó
de su fruto y comió. Dio también a su esposo, con ella, y este comió…” 3:6
La Torá comienza
declarando que en el principio Hashem creó el Cielo y la Tierra de la nada.
Durante los primeros seis días Hashem creó y ubicó cada cosa en su posición
adecuada y de funcionamiento. Creó al hombre y a la mujer y los colocó en el
Gán Eden, donde podían comer de todo, excepto del fruto prohibido del
conocimiento. Javá se dejó influir por la astuta serpiente, comió del fruto y
le dio a probar a Adam. Existe mucha controversia acerca de cuál era la clase
del árbol que produjo el fruto que comieron, la Torá no lo especifica, ¿Por qué
no se puede identificar? La respuesta: Hashem no quiso afligir ni
siquiera a un ser inerte de su creación. La gente podía haber señalado
con desprecio a todos los árboles de dicha especie y decir: “Este es el árbol, con
el cual se provocó que los seres fueran mortales”.[1]
Si Hashem le
evitó la vergüenza a un objeto inanimado, fue para mostrarnos lo mucho que
debemos evitar el bochorno a nuestros semejantes.
En el Séder de
Pésaj, uno de los invitados del Rabí Akiba Eiger derramó accidentalmente un
poco de vino sobre el mantel de la mesa. Notando el bochorno de su invitado,
Rabí Akiba sacudió discretamente la mesa, de modo que su propia copa de vino
también se volcó. “Algo debe andar mal con la posición de la mesa”, dijo
simulando sorpresa. [2]
Rabí Yanai vio a
un hombre dando públicamente una moneda a un pobre, y le dijo: ‘Hubiese sido
mejor que no le dieras a que le hayas dado y avergonzado’.[3] Es preferible que
un hombre se arroje dentro de un horno ardiente antes que humillar a otro en
público”.[4] El Talmud nos
relata acerca de un hombre que personifica esta enseñanza. Mor Ukva fue uno de
los grandes rabinos de la vieja comunidad de Babilonia. No sólo se dedicaba a
estudiar Torá, repartir caridad a los necesitados también era prioritario en su
vida. Su preocupación por no avergonzarlos, era tal, que acostumbraba a colocar
secretamente la suma designada en un hueco de la puerta o en cualquier lugar de
fácil acceso. El necesitado nunca sabía quién había dejado el dinero, Mor Ukva
quería asegurarse de que el pobre agradeciera sólo a Hashem por su
beneficencia. Cierta vez, al anochecer, Mor Ukva regresaba de la
Yeshivá acompañado de su esposa. En el camino, como era su costumbre, Mor Ukva
dejaba sin ser visto dinero en las casas de los pobres. Uno de los indigentes
tenía curiosidad por conocer a su benefactor y se paró vigilante detrás de la
puerta. Al percatarse que alguien lo observaba, Mor Ukva salió corriendo y
buscó un lugar para esconderse junto con su esposa. El único lugar disponible
resultó ser el horno inmenso de un panadero. Aunque el fuego estaba apagado,
los ladrillos del piso se encontraban aún muy calientes y Mor Ukva se quemaba
la planta de los pies. Mientras que su esposa, que no había sido afectada por
el calor, debido a que ella le entregaba la comida preparada a los pobres,
mientras que Mor Ukbá les daba dinero y ellos tenían que ir a comprarla, la
mujer le dijo que pusiera sus pies sobre los de ella. Y así estuvieron un rato,
hasta que consideraron seguro salir y retornar a la casa sin ser vistos por el
hombre pobre.[5]
Rabénu Yoná escribe que, del mismo
modo que una persona debe entregar su vida antes que cometer asesinato, así
también deberá dejar de vivir entes de avergonzar a alguien en público ya
que, el dolor de la vergüenza es aún más amargo que la muerte misma. El
avergonzar a alguien públicamente es tan grave que quien lo hace pierde su
parte en el Mundo Venidero.[6] Aquí no estamos
hablando de quien comete un crimen, ya que un asesino podría arrepentirse y no
perder su participación en el Mundo por Venir. Cuando una persona avergüenza a
otro no tiene, sin embargo, noción de la enormidad de su pecado, por tanto ni
se le ocurrirá arrepentirse….[7]
Cierta vez, Rabí Natán Tzví, el “Saba
MiSlabodka”, se paró en la Tebá y comenzó a oficiar Tefilat Minjá (la Oración
de la tarde). Cuando llegó al momento de decir Kadish, su voz apenas se
escuchaba y las palabras resultaban inteligibles, lo que llamó poderosamente la
atención de los presentes. Luego cuando investigaron la situación, se dieron
cuenta que al Bet Hakenéset, ese día, había llegado una persona que se
encontraba en el periodo de duelo y que le costaba mucho leer del Sidur (libro
de Plegarias) correctamente, hecho que despertó en los demás alguna que otra
sonrisa burlona. Fue por eso que Rabí Natán Tzví leyó de lo forma en que lo
hizo: para alivianarle a aquel hombre la carga de humillación que hubo que
soportar, al existir otro más, que pronuncie “igual que él”. Hasta este punto se
preocupaba Rabí Natán Tzví por el respeto hacia sus semejantes.[8]
En el Beit Hamikdash, había una sala
que se llamaba: "Lishkat Jashai (La Sala de Donaciones Secretas)".
Los judíos pudientes hacían secretamente sus donaciones en esta sala, y los
pobres recibían las dádivas en forma anónima y podían así vivir con dignidad.
El Jafetz Jaim solía viajar de
ciudad en ciudad vendiendo sus libros. Cierta vez, alquiló los servicios de un
chofer. Cuando el Jafetz Jaim pidió al hombre detener el vehículo para tomar un
breve descanso, mientras el Gaón caminaba cerca del carro, el conductor que
desconocía completamente la identidad de su pasajero, decidió jugarle una
broma, pensando en lo divertido que sería para sus amistades el escuchar su
“hazaña”. El hombre escapó y dejó al Jafetz Jaim abandonado a la mitad del
camino.
El Gaón tuvo que continuar su camino
a pie. Cuando arribó a la ciudad, lo primero que hizo fue investigar el
domicilio del chofer, llegó al lugar y le entregó la suma acordada por el
servicio. Se retiró rápidamente del lugar, tomó otro carro y se fue de la
ciudad, antes de que el hombre que había hecho la fechoría, llegara a descubrir
que su pasajero había sido el gigante de la generación y se avergonzara de su
acción.[9]
El Jafetz Jaim nos advierte acerca de
la gravedad que implica el avergonzar a otra persona, y nos aconseja que
evitemos la compañía de aquellos que no se cuidan de humillar a otros. Quien se
integra a esos grupos, acabará haciendo lo mismo. Debemos alejarnos lo más
posible de ellos y si no tenemos forma de escapar, y estamos forzados a
escuchar sus críticas, debemos negar mentalmente todos sus comentarios, y
procurar no pensar mal de las víctimas de sus ataques y si nos vienen a la
mente pensamientos negativos, entonces debemos esforzarnos para no sacar
ninguna palabra y cuando estemos a salvo, pensar meritoriamente sobre esas
personas.
A los Cohanim
les fue otorgada la Mitzvá de recoger las cenizas de las ofrendas consumidas
diarias. También se les encargó mantener el fuego del altar encendido
permanentemente. Aharón, el Cohén Gadol, recibió instrucciones de llevar
diariamente una ofrenda de comida en la mañana y otra al anochecer. También
fueron promulgadas las leyes que especificaban los deberes de los Cohanim y las
porciones de las ofrendas que debían recibir. Podían comer de las ofrendas de
comida, de pecado y de infracción si estaban ritualmente puros, y sólo dentro
del atrio del Santuario.
El Talmud dice
que la Ofrenda por Pecado se sacrificaba exactamente en el mismo lugar del
Santuario donde se sacrificaban las Ofrendas Voluntarias, porque si se hubiera
asignado un lugar especial para la Ofrenda por Pecado, cualquiera que trajera
una podría ser fácilmente identificado. Para hacer del penitente una persona
menos sobresaliente y proteger su identidad, la Torá ordenó que la Ofrenda por
Pecado no tuviera un lugar separado.[10]
Por. Adaptación de Gabriel Guiber
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Volvamos al Gan Eden, en este mundo…
“Y Hashem los
expulsó del Gan Eden” (Bereshit 3,23)Acostumbramos
llamar a nuestro alrededor, “el mundo de la abundancia”. ¿Se escucha un
poco exagerado? Vamos a analizar un poco…
Conocí personas de
la generación anterior, que cuidaban con mucha meticulosidad cualquier cosa,
hasta pequeños clavos muy viejos, oxidados y sin punta, porque tal vez los
necesitaremos algún día… juntaban o enrollaban trozos de cables o sogas porque
tal vez lo necesitaremos para envolver alguna cosa… El MaranHajazon Ish ztz”l,
escribió en sus libros de leyes, que no se puede abrir una lata de sardinas en
Shabat, porque de esta forma estoy transformando a la lata en un instrumento
(lo que era una lata de sardinas ahora, después de quitar las sardinas y
comerlas, se transformará en otra cosa), “porque muchas personas
pensarán que pueden usar esa caja para otro fin, por ejemplo, para apoyar allí
el jabón o para guardar en su interior, clavos o cosas parecidas”.
Puede ser que, en
efecto, en esos años todo era escaso, o muy costoso, ¿quién pensaba hace
cuarenta años en las cosas descartables, o hace ochenta años a las latas de
bebida, o a las bolsas de plástico o nylon para cualquier finalidad? La vida de
hoy parece un Gan Eden, comparada con la vida de la generación pasada…
Apretando un botón,
el cuarto se ilumina, otro botón, y el fuego se eleva en las hornallas de la
cocina, otro botón, se enciende la calefacción o el aire acondicionado de la
casa. Algunos todavía recuerdan esa vieja “caja de hielo”, que todos los días
había que cargarla con bloques de hielo para mantenerla fría y que todo el
tiempo drenaba agua del hielo que se derretía.
¿Hay hoy en día
alguna casa que no tenga una heladera con freezer “no frost”? Y no pensamos ya
en el agua que fluye de las canillas, o de los sistemas de cloacas en cualquier
poblado. (Yo recuerdo que en la Argentina hace sólo veinte años era tan
difícil conseguir una línea de teléfono para la casa) Hoy, todos
tienen uno o más teléfonos celulares, computadoras, automóviles con todos los
adelantos, lo que se llama un mundo de abundancia…, y ahora entendemos lo que
queríamos decir…
A ver, un momento: ¿acaso todos
estos adelantos nos hicieron más ricos que nuestros padres? ¿Por qué nosotros
recordamos a nuestros antepasados, los hijos de la generación precedente,
siempre sonriendo, satisfechos, tranquilos?, y nosotros, cuando miramos a
nuestro alrededor, sólo vemos caras tristes que corren, a veces desesperados,
sin pausa y sin descanso, ¿por qué?
Puede ser que
digan: porque nosotros trabajamos muy duramente, nos esforzamos para conseguir
lo que necesitamos (¿? lo que necesitamos?, eso es otro tema, muy complicado).
Necesitamos cubrir la cuenta del banco, todo lo que gastamos (¿de más?), el
préstamo por la casa. Seguramente, si estaríamos libres de la necesidad de
trabajar, como Adam Harishon en el Gan Eden, seríamos tan afortunados y
estaríamos mucho más tranquilos…
¿Puede ser que haya
algo de cierto en esto? Pero entonces, ¿por qué el mayor porcentaje
de divorcios se da entre las familias de gente adinerada, que satisface todos
sus gustos, o de la “alta sociedad”? Gente que, aparentemente tiene “todo”.
Vemos también que los psiquiatras encuentran su sustento, en su gran mayoría,
entre la gente con más recursos… La península sueca, una de las regiones del
planeta con mayor “standard” de vida, los países en donde el confort y la
calidad y la esperanza de vida tienen los valores más altos del mundo, cuentan
con los más altos índices de depresión del mundo. ¿Por qué los “niños bien”,
los hijos de la gente poderosa, necesitan drogas, necesitan hacer viajes
exóticos a países extrañísimos y lejanos, perderse en los bosques de los
Amazonas o escalar el Himalaya?, ¿de qué se escapan o qué les falta?
¿Saben ustedes cuál
es la respuesta a todos estos interrogantes?
Que tenemos una
idea torcida de lo que es el Gan Eden.
Si nos van a
preguntar ¿qué es el Gan Eden?, ¿qué vamos a responder?
Arboles, flores,
pajaritos, mariposas… parece algo maravilloso, pero eso es sólo el entorno, no
es lo principal. La satisfacción y la riqueza que tendremos en el Mundo de la
Verdad, no surgirán de los elementos que tenemos a nuestro alrededor, serán
cosas que tendrán una luz interior, y que serán propias del Gan Eden, cosas
desconocidas para nosotros, imposibles de describir con nuestro conocimiento
limitado de este mundo…
¿Cuál era el Gan Eden
de Adam Harishon? El mismo, Adam Harishon, “movía” las manos del Bore Olam, como si
fuera su socio en la Creación, sin pecados. El primer hombre era todo brillo,
santidad y pureza. Y tenía una luz propia en su interior, y también se
relacionaba con todas las condiciones exteriores, de este mundo, que no podían
influir sobre su espiritualidad, nada podía entristecerlo, nada podía
molestarlo ni preocuparlo.
Pero, si dentro del
hombre habría un hueco, algo vacío, o un agujero en su cuerpo por donde pudiera
salir algo de su fuente de brillo, pureza y santidad, nada podría ahora
ayudarlo, y podría caer ante cualquier ataque del mundo exterior…
La tragedia, la
catástrofe más grande que hoy enfrentamos, es que buscamos la riqueza y la
satisfacción, afuera. O, usando nuestras palabras: ¿podrá ser que un automóvil
nuevo y lujoso me provoque la satisfacción que busco?, ¿tal vez me falta un
horno a microondas o un secarropas?, ¿joyas o adornos? (avanzamos más
en el tiempo, y una persona que no cumple con la Tora y sus preceptos, me
comentó: ustedes los “religiosos” tienen suerte, porque los hijos les piden
regalos más baratos, ¿podrán pedirles una máquina fotográfica digital? en
cambio mis hijos me piden una tableta de Apple, y nada menos que eso).
¿Acaso alguna de
estas cosas le dará más brillo a mi vida? Tal vez si nos mudamos a un
pent-house, o construimos un chalet en medio de un gran parque…
Sin lugar a dudas,
tenemos una idea torcida de lo que significa el Gan Eden, equivocada, falsa y
hasta mentirosa. Porque buscamos la riqueza exterior en lugar de buscar la
verdadera, la riqueza interior.
El justo, conocido
por su libro “Ismaj Moshe”, escribió allí que en un sueño, se vio
una vez a sí mismo, en el Cielo, y se encontró con uno de los sabios de la
Mishna, con un “tana”, que estaba parado, estudiando Tora. Se acercó a él y le
preguntó: perdone señor, ¿podrá decirme dónde está el Gan Eden?
El tana le señaló
con su dedo en el corazón y le dijo: ¡Aquí, en mi interior!
Está escrito en la
Guemara (Baba Batra 17a), que los Avot Hakedoshim, nuestros
patriarcas, vivieron en este mundo una vida “casi” como en el Olam Haba. ¿Cómo?
Allí, en sus
tiendas, sin electricidad, sin agua corriente, sin automóviles y sin teléfonos
celulares. Porque el Gan Eden estaba dentro de sus corazones…
Entonces podemos
decir: el hombre no fue expulsado del Gan Eden a causa de su pecado, sino
que el Gan Eden fue expulsado del interior del hombre, de su
corazón. Y con cada precepto que cumplimos, con cada clase de Tora a la que asistimos,
con cada buena acción que hacemos, estamos acercando el Gan Eden hacia
nosotros, hacemos que una parte del Gan Eden vuelva a nuestro corazón…
(Maian Hashavua)
Birkat HaJodesh y Shabat Bereshit
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Extraído de Nosotros en el tiempo. Rab Eliahu
Kitov
El Shabat que precede a Rosh Jodesh ["comienzo de mes"], se recita una bendición especial para el nuevo mes entrante. El día [o los días] en que acaecerá Rosh Jodesh se anuncia antes del comienzo de las plegarias de Musaf. Este anuncio, junto a las plegarias que lo anteceden y lo suceden, recibe el nombre deBirkat HaJodesh, Bendición para el Nuevo Mes (Sidur, pág. 191). El Shabat en el cual sucede todo ello se denomina Shabat Mevarjím ["el Shabat en que bendecimos"]. Birkat HaJodesh, la "Bendición del Mes", se recita sólo once veces en el año [o doce, en un año hebreo de 13 meses] pues no se dice antes del comienzo del mes de Tishrei (…). Por lo tanto, la primera vez del año en que se recita es luego de las Festividades -el último Shabat del mes de Tishrei-, en honor al mes de Jeshván que se aproxima. Esta plegaria especial se recita en Shabat porque es entonces cuando todos se encuentran reunidos en la sinagoga, incluso aquellos que no asisten habitualmente a los servicios de los días de semana. Es importante conocer con anticipación en qué día acaecerá Rosh Jodesh para saber cuándo deben recitarse las plegarias especiales que se agregan en él, y para que las mujeres se abstengan de las tareas que no realizan en Rosh Jodesh. La bendición pública del nuevo mes también conmemora la consagración pública del mes que en la antigüedad llevaba a cabo mensualmente el Sanhedrín en Jerusalén. Esta consagración era un acontecimiento muy relevante, acompañada de bendiciones y alabanzas a Di-s. Los Sabios ancianos del Sanhedrín y los habitantes más eminentes de Jerusalén se sentaban y aguardaban el arribo de testigos que declararan haber visto la luna nueva. Al llegar estos, eran examinados minusciosamente, y si sus testimonios coincidían y reunían los requisitos necesarios, el beit din (Tribunal) anunciaba: "¡Consagrado es el mes, consagrado!" Luego recitaban tres bendiciones sobre una copa de vino: la del vino (boré prí hagáfen), otra de agradecimiento a Di-s por habernos revelado los principios sobre los que se basa nuestro calendario ("Bendito eres Tú, Di-s nuestro Señor, rey del universo, quien reveló el secreto de la renovación de la luna, enseñó e instruyó acerca de tiempos nuevos y días festivos, designó hombres de entendimiento que dispusieran las épocas... Bendito eres Tú, Di-s, quien santifica a Israel y a los comienzos del mes"). Al concluir esta bendición, exclamaba: "¡Alabad a Di s pues El es bueno!" Luego, una tercera implorando la pronta llegada del Profeta Eliahu con el Mashíaj y el regocijo de Israel ("El Profeta Eliahu pronto vendrá a nosotros, el Rey Mashíaj florecerá en nuestros días; como este día, en Jerusalén todos nos regocijaremos con la construcción del Beit HaMikdash. Multiplíquense los días festivos en Israel, multiplíquense los estudiantes de la Torá en Israel. Consagrado es el mes, consagrado... consagrado en la Torá, consagrado en la ley, consagrado en los planos superiores, consagrado en los planos inferiores, consagrado. Bendito eres Tú, Di s, consagrado en Tzión, consagrado en Jerusalén, consagrado en todo Israel, consagrado en boca de nuestros maestros, consagrado en el concilio"). Al concluir esta bendición, exclamaba: "¡Alabad a Di s pues El es bueno!" Dado que la mitzvá de la Santificación de los Nuevos Meses fue la primera que recibió el pueblo de Israel al ser liberado de la esclavitud en Egipto, y en razón de que la celebración de todas las Festividades y el cumplimiento de las mitzvot ligadas a ellas depen den del cálculo del calendario, el Sanhedrín cumplía estamitzvá con un profundo sentimiento de gratitud, alabanza y bendiciones. En algunas comunidades es costumbre recitar todo el Libro de Salmos en la mañana, antes de las plegarias de Shajarit. Corresponde saber con precisión el momento exacto en que aparecerá la Luna Nueva [molad - "el nacimiento"] antes de recitar Birkat HaJodesh. Por lo tanto, es costumbre anunciarlo antes de comenzar la plegaria. En Shabat Mevarjím no se recita la plegaria de El Malé Rajamím por las almas de los difuntos, ni tampocoAv HaRajamím antes de Ashréi (Sidur, pág. 191), pues se considera un día especialmente alegre. Sin embargo, en los Shabat Mevarjím durante la cuenta del omer [es decir, los anteriores a los meses de Iyar y Siván] y antes del mes de Av, algunos acostumbran a decir Av HaRajamím debido al espíritu de dolor y aflicción que predomina en esos tiempos. Según otras autoridades, el único Shabat Mevarjím en que se dice Av HaRajamím es el que antecede al mes de Siván, y esa es la costumbre en Jabad. De acuerdo a la costumbre del Gaón de Vilna, Av HaRajamím se omite en todos los Shabat Mevarjím salvo el del mes de Av. SHABAT BERESHIT El primer Shabat luego de la Festividad de Sucot recibe el nombre de Shabat Bereshit pues en él se leeparshat Bereshit, la primera sección de la Torá. En las comunidades ashkenazíes es costumbre que luego de Minjá de Shabat se comienza a recitar el salmo Barjí Nafshí ("Bendice, alma mía... ", Salmo 104) y los quince salmos que comienzan con Shir HaMaalot ("Canción de las Ascensiones", ibíd. 120 134). Estos se dicen durante todo el invierno boreal hasta Shabat HaGadol, el Shabat anterior a Pesaj. La relación entre Barjí Nafshí y Shabat Bereshit es que en la sección de Bereshit se relata la creación del mundo, y este salmo describe las maravillas de la Creación. También los quince salmos de Shir HaMaalotreflejan este tema. Los Sabios dijeron: Cuando David cavó los cimientos para el altar, se encontró con el abismo y éste amenazaba ascender e inundar al mundo. Entonces escribió el Sagrado Nombre de Di s y lo arrojó en él haciéndolo retroceder 16000 amot -unos 8000 mts.- y quedó sellado. Cuando David vio que el abismo había descendido demasiado, dijo: "Cuanto más cerca esté de la superficie, mejor regará la tierra". Recitó entonces los quince salmos de Shir HaMaalot y lo hizo ascender 15000 amot -unos 7500 mts.-quedando a 1000 amot de la superficie. De esta forma, estos salmos resultaron un medio de subsistencia para todo el mundo, pues sin ellos no habría agua y todos morirían de sed (Talmud, Sucá 53a). Ciertamente, correspondería recitarlos durante el año entero, ya que el Shabat conmemora la obra de la Creación. Sin embargo, en el verano boreal, son reemplazados por Pirkéi Avot (Etica de Nuestros Padres; Sidur, pág. 211 y ss.). Por lo tanto, se recitan desde Shabat Bereshit y durante todo el invierno [boreal].
Rab Eliahu Kitov
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